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Más allá de la oposición.
Querido opositor y ex-opositor, hoy este post es para ti, sí, como estás leyendo, para ti. Y todo ello gracias a nuestro colaborador Juan Ignacio Albarrán Sanz, Abogado, Asesor Legal y Mediador.
Tan duro es opositar como el momento en el que uno decide que ya no va a continuar más con la lucha. Para mí llegó después de ocho largos años dedicando diez, once y doce horas al día. El cansancio se acumula, la ilusión se desvanece y la motivación deja de ser el motor del estudio, es entonces cuando te replanteas tú situación. Uno puede tener vocación para el servicio público, pero la realidad es que no todos podemos ser funcionarios.
Todo el que oposita u ha opositado ha tenido que escuchar frases como “seguro que lo consigues”, “con lo que estudias la plaza es tuya”, “el trabajo tiene su recompensa”. Tan vacías como maravillosas para un libro de autoayuda o para una charla motivacional. No digo que no sean verdad en cierta forma pero no concuerdan con la realidad. Hay que tener los pies en el suelo y saber que el único éxito asegurado con tu estudio es el de haber adquirido conocimientos suficientes para poder desarrollar un trabajo en el futuro. Es necesario mantener la ilusión por conseguir la plaza aunque de fondo tenemos que tener presente que es posible que no lo logremos.
¿Y después qué? Planteamos la pregunta como si no lograr la plaza fuera la muerte profesional. Un fracaso inapelable que tenemos que justificar ante la sociedad. Ni mucho menos podemos caer en ese discurso. En la oposición la meta es la plaza, pero el fracaso no reside en no lograrla sino en no haber aprovechado el camino para formarnos lo mejor posible. Más allá de la oposición hay vida, tanto profesional como personal, y nuevos proyectos que iniciar.
Es difícil dejar la oposición y fácil caer en el “no valgo”, “ahora a empezar de cero”, “me he rendido”. La autocompasión siempre llega y hay que saber abandonarla tan pronto como nos hayamos lamido las heridas. Podemos tener una fuerza de voluntad de hierro pero no tienes por qué hacerlo solo. Personalmente, me resultó fundamental encontrar gente en la que apoyarme y que me ayudase a buscar nuevas metas. Me hicieron ver que los conocimientos adquiridos durante años no habían caído en saco roto, que tenía un futuro por delante. Tener nuevas ilusiones nos harán trabajar de nuevo por nuestro futuro.
Nada en la vida será fácil. Es simplemente una cuestión de tiempo y esfuerzo que podamos trabajar en algo que nos guste. Es verdad que no será lo planeado, pero será trabajo. La oposición no es el final del camino, es sólo una parte del mismo.
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