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Cómo enfrentarse a los primeros "públicos".
Hoy en "More than a Student" os traigo un consejo sobre cómo enfrentarse a los primeros públicos, de la mano de todo un profesional, Alejandro Núñez Guerrero, abogado de las áreas de Derecho Mercantil, Derecho de la Competencia, Propiedad Industrial e Intelectual de Cremades & Calvo-Sotelo Abogados. Además, ha impartido clases de oratoria y de propiedad industrial en los distintos másteres impulsados por la Universidad Europea de Madrid y Cremades & Calvo-Sotelo.
Existen diversos cursos que se imparten, sobre todo en el ámbito universitario y de postgrado, sobre oratoria, persuasión, negociación, etc. Muchos de ellos, enfocados a saber cómo dirigirnos a un público cuando vamos a realizar una presentación o una conferencia frente a un grupo numeroso de personas, por ejemplo, una clase o un auditorio.
Pero la realidad es que, por regla general, en nuestros primeros años de carrera profesional no tenemos que dirigirnos a un gran auditorio. Ahora bien, sí que nos vamos a enfrentar a “miniexposiciones” o “minidebates” constantes en las reuniones de trabajo, ya sean internas o externas, con clientes o colaboradores. Reuniones donde se nos va a evaluar constantemente, bien porque tenemos que poner en práctica nuestra actitud y aptitud sobre el asunto a tratar, o bien porque tenemos que generar la confianza suficiente en nuestro posible cliente.
Evidentemente, no es lo mismo reunirse con tus compañeros de departamento, que con el director o un socio de tu empresa. Tampoco es lo mismo una reunión para atender a un cliente que para convencerle de que te contrate.
Hay quien piensa que la llegada del teletrabajo (con Zoom, Teams, Skype, etc.) va a disminuir el número de reuniones presenciales. Esto no es así. Lo que antes era una llamada por teléfono hoy es una reunión telemática donde le ponemos el rostro a gente con la que antes seguramente con una llamada nos bastaba. No confundamos presencialidad con el estar físicamente en un sitio. Por tanto, por mucho que ahora cerremos menos acuerdos con un apretón de manos, ello no significa que descienda la presencialidad de las reuniones.
Así, nuestra imagen, aunque de forma telemática, se ha intensificado con la irrupción de las reuniones virtuales y, por ende, el lenguaje no verbal seguirá ocupando un altísimo porcentaje de la comunicación, determinando, en gran parte, su éxito.
Dicho esto, propongo cinco reglas que se pueden aplicar a todas las reuniones, ya sean virtuales o físicas:
- Documéntate
todo lo que puedas. La primera regla y la más importante de todas. Aunque
parezca obvio, no lo es. Siempre van a presumir gran parte de tu conocimiento,
no podemos sembrar duda más allá de la razonable cuando hablamos. Si estás
convocado a una reunión de trabajo es porque se busca, en cierta medida, que
aportes valor al asunto a tratar. Ello, sin perjuicio de la regla 5.
- Conoce al público al que te vas a dirigir. Como adelantaba al principio, no es lo mismo una reunión interna que externa. Busca información de con quién te reúnes. Empatizar es clave. Generar un buen clima de conversación relaja la tensión y genera un ambiente positivo de trabajo.
- Escucha sí, pero de forma activa y participativa. En nuestros primeros años es más importante escuchar que hablar, es decir, nos debemos convertir en esponjas capaz de absorber conocimiento, experiencias y estar atentos a cómo se desenvuelve cualquiera que tenga algo más de experiencia que nosotros. Ahora bien, no estés en silencio sepulcral durante las reuniones. Si estás convocado, que se note que estás ahí. La imagen de nuevo becario solo tomando notas de lo que se dice en la reunión no aporta ningún elemento diferencial. Toma las notas, pero, si puedes intervenir, hazlo, aunque sea para plantear alguna duda. Esto no siempre será recomendable, pero debemos partir de la regla 1, si estás convocado es para que aportes algún valor, ya que por eso has tenido que trabajar la materia previamente. Cuando los demás hablen, mírales, asiénteles con la cabeza. El interlocutor debe percibir que estás conectado con lo que dice y que lo sigues. Con algo tan simple, estarás elevando tu grado de participación y presencia en la reunión sin haber abierto la boca.
- Tu imagen y posición en la reunión. Siéntate en un sitio donde puedas ver a todos los partícipes y que todos o la mayoría de ellos te puedan ver a ti, es decir, no pierdas contacto visual. En el caso de una reunión virtual, aleja la cámara, de forma que se te vea hasta los codos y puedas gesticular con las manos. Así se evita perder parte del lenguaje no verbal en las reuniones telemáticas.
- Prudencia, no lo sabemos todo. Tendemos a pensar que no poder dar respuesta inmediata ante la pregunta de un jefe, un compañero o de un cliente es un error. Tenemos esa sensación de que, quizás, quedamos en mal lugar. Esto no es así. Contestar en un determinado momento diciendo que su cuestión requiere un estudio y que en breve le darás una respuesta no significa que no tengas conocimiento, todo lo contrario, significa que quieres dar una respuesta lo más fundamentada posible. Recuerda, por la boca muere el pez, mejor ser prudente que morir en el intento.
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